Por Ana De Luis Otero El día 3 de mayo fue acordado a
propuesta de la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María
Luisa Carcedo, e impulsado por el movimiento asociativo el Día
Nacional de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.
En este día se pretende tanto conmemorar como
reconocer la importancia de este instrumento normativo internacional que ha
supuesto un cambio en el paradigma de la discapacidad a la hora de abordarla
tras su aprobación y ratificación en 2007 en la Asamblea General de la
ONU.
La Convención y su Protocolo
Facultativo fueron aprobados por la Asamblea General de la ONU el 13
de diciembre de 2006. España la ratificó en 2007 y el 3 de mayo de 2008 entró
en vigor, pasando a formar parte de su ordenamiento jurídico. Los principios y
los derechos que se reconocen en la Convención comportan un cambio en el
concepto de discapacidad, que supone la consagración del enfoque de derechos a
la hora de diseñar políticas dirigidas a este colectivo.
De igual forma, la convención, supuso
un cambio de paradigma en los enfoques de la discapacidad, al pasar de un
modelo en el que las personas con discapacidad son tratadas como objeto de
tratamiento médico, caridad y protección social a un modelo en el que las
personas con discapacidad son reconocidas como titulares de derechos humanos,
activas en las decisiones que influyen en su vida y capacitadas para
reivindicar sus derechos. Este enfoque considera que las barreras de la
sociedad, como los obstáculos físicos y las actitudes negativas, a que se
enfrentan las personas con discapacidades son los principales obstáculos para
el pleno disfrute de los derechos humanos.
Aunque todos los tratados internacionales de derechos humanos se
extienden a las personas con discapacidad, este gran colectivo de personas sigue padeciendo
discriminación y a menudo no se respetan sus derechos humanos en
condiciones de igualdad con los demás